La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por un virus. A lo largo del tiempo puede causar complicaciones serias, incluyendo cirrosis, cáncer de hígado y la necesidad de un trasplante de hígado. Lo bueno es que ahora hay medicamentos que pueden curar a casi todos los que tienen hepatitis C en ocho a 12 semanas con pocos efectos secundarios.

El virus de la hepatitis C (VHC) es el virus de transmisión sanguínea más común en los Estados Unidos. Aproximadamente 2.4 millones de personas viven con el virus de la hepatitis C a largo plazo, y de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), casi 45,000 personas contraen el VHC cada año.

La hepatitis C es más común entre los baby boomers (personas que nacieron entre 1945 y 1965), pero las tasas están aumentando entre gente más joven debido a la epidemia de opioides. Los expertos ahora recomiendan que todos los adultos deberían hacerse la prueba de hepatitis C al menos una vez, y con más frecuencia si están en situación de riesgo. Ver página 6 para informarte sobre la hepatitis C en esta población.

La hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre. La ruta de transmisión más común es compartir agujas y otros instrumentos para inyectarse drogas. El virus también se puede transmitir al compartir instrumentos para hacer tatuajes y piercings, cepillos de dientes, afeitadoras y otros elementos que estén en contacto con la sangre. El VHC puede pasar de madre a hijo durante el embarazo y el parto.

La transmisión sexual del virus no es común pero ocurre con más frecuencia entre hombres gays y bisexuales. La hepatitis C no se transmite a través del contacto casual, como al besarse o compartir utensilios para comer. Para más información, click here.

Actualmente no existe una vacuna para el VHC, pero se están haciendo investigaciones. A diferencia de algunas otras enfermedades, tener hepatitis C una vez no provee inmunidad, y puedes contraerla nuevamente. Por lo tanto, las personas que eliminan el virus naturalmente o con tratamiento, deberían tomar medidas para prevenir la reinfección.

Es normal sentir estrés, depresión, enojo, confusión o estigma en torno al tener hepatitis C. Puedes preocuparte acerca de transmitir el virus a otros o sentir temor sobre enfermedades graves o la muerte. Pero el CDC dice que las personas no deben ser excluídas del trabajo, la escuela, juegos, cuidado de niños u otras actividades porque tengan hepatitis C.

Hacerte la prueba del VHC, comenzar el tratamiento si te da un resultado positivo y conectarte con otras personas que vivan o se hayan curado de la hepatitis C puede ayudarte a calmar tu mente!

De cada 100 personas con hepatitis C:

  • 75 a 85 desarrollarán infección crónica con VHC
  • 10 a 20 desarrollarán cirrosis durante dos a tres décadas

De cada 100 personas con hepatitis C y cirrosis:

  • 1 a 5 desarrollarán cáncer de hígado cada año
  • 3 a 6 tendrán insuficiencia hepática cada año